
Conozco a Isaac Chavero desde hace más de 20 años cuando él se dedicaba al tratamiento postquirúrgico de los pacientes y yo iniciaba mi andadura profesional en la cirugía plástica.
Isaac consigue con su cámara hacer magia, transformando un ambiente frío y hostil como es un quirófano en fotografías que son obras de arte. El instrumental quirúrgico, elementos per se agresivos, adquiere una belleza inusitada tras su objetivo. La combinación de las luces de quirófano y su flash transforman una sala de operaciones en una puesta de sol. Son muy característicos sus primero planos potentes con la difuminación de los elementos de alrededor. Sus fotos transmiten belleza, paz y sosiego.